Sonntag, 5. Februar 2012

Ich war in der Zeitung :D !


Hey Hou!


Der folgende Artikel ist letzten Montag in der Wochenzeitung "El Tiempo" in Pergamino erschienen :) Hab leider nicht die Zeit dazu gefunden, den Artikel zu übersetzen :D



La experiencia de un adolescente alemán en Pergamino
Oliver Kugel, de 16 años, es un joven germano que se encuentra en nuestra ciudad desde septiembre del año pasado como parte del programa de intercambios del Rotary. Le encanta la vida de los adolescentes en nuestro país y ya se ha hecho muchos amigos y amigas.


Oliver Kugel es un adolescente alemán que se encuentra muy a gusto en nuestra ciudad desarro­llando un intercambio cultural.
El germano de 16 años está feliz en Pergamino y desde su arribo se ha integrado con toda naturalidad con los jóvenes lo­cales de su edad y con la familia Conti que lo ha adoptado como un integrante más.
Es un apasionado por la música que cualquier vecino se lo puede cruzar con su guitarra colgada al hombro o improvisando algunos acordes con sus amigos en la plaza Merced. Oliver se confunde entre los amigos y amigas de nuestra ciudad; sólo se puede advertir su procedencia foránea por el acento de las palabras, aunque su español es bastante claro. Es muy alegre, extrovertido y activo.
El 3 de septiembre arribó a nuestro país como parte de un intercambio organizado por Ro­tary internacional y tan cómodo se siente aquí que “me voy a quedar todo el año en Pergamino y no voy a cambiar de ciudad”, asegura el joven. “Tengo muchos amigos de la Escuela y de la Plaza”, destaca como los motivos que lo llevaron a no cambiar de lugar de residencia para su experiencia de intercambio.
Al muchacho le interesaba nuestro país por la calidez de los habitantes. “Me interesaba Argentina porque la gente es más abierta que en nuestro país. Aquí es muy habitual que las personas se inviten permanentemente a co­mer, se reúnan casi sin conocerse y que se establezcan relaciones con mucha espontaneidad. Eso no es muy común en Alemania”, enfatizó Oliver. Y aclaró: “cuando no conoces a una persona: nunca te va a invitar a comer”.
Las comidas argentinas tam­bién le gustan al joven germano. Los principales platos de su preferencia son: asado, empana­das, dulce de leche y mate. “Son todas comidas que no hay en Alemania”.
Uno de los requisitos que deben cumplir los jóvenes que participan de intercambio es el de continuar la escolarización en los países en que viven. En nuestra ciudad está en quinto año de la Escuela Secundaria Nº 7 (ex Colegio Normal). Cuando comiencen las clases empezará con sus compañeros el último año de la educación secundaria. En Alemania deberá hacer dos años más, porque no le validan lo cursado en nuestro país. Esto para Oliver no es un inconveniente.
Al venir de un país donde hay distinto sistema educativo y ser un idioma tan diferente: la escuela fue uno de los desafíos más gran­des de superar. “Al principio no entendía nada, no sabía nada y me resultaba muy difícil entender a los profesores, principalmente en las materias que no fueran matemáticas, química y en inglés.
En la escuela es donde ha hecho su primer grupo de amigos y se ha sumado a las actividades de recreación y esparcimiento de sus compañeros. De esta manera comenzó a concurrir al espacio de reunión diario de la mayoría de los adolescentes de nuestra ciudad: la plaza Merced, las re­uniones en casas de familia que se organizan los fines de semana los menores que no pueden asistir a boliches porque no tienen la mayoría de edad y todo tipo de eventos al que lo invitan y le in­terese participar. Esto le permitió ampliar su grupo de amistades y conocidos dentro del mundo juvenil de nuestra ciudad.



Con la guitarra a cuestas 
“Yo voy a todos lados con mi guitarra”, contó el germano sobre el instrumento musical que siem­pre lleva consigo a todas partes y lo caracteriza en las calles de nuestra ciudad.
En este sentido, el joven define que la mayor inclinación en su vida es la música.
Además de la guitarra, toca el piano y forma parte de la banda municipal de su ciudad. Con sus amigos alemanes también tiene una banda y ha logrado incorpo­rarse a un grupo de música joven con adolescente de su edad en Pergamino.



Las cosas que les cuenta a sus amigos 
Las costumbres que más le llaman la atención a Oliver es el horario en que salen de noche los jóvenes en nuestro país. A sus amigos le ha contado a través de su blog en alemán que “aquí se sale mucho más tarde que en mi país ya que es muy especial. En Alemania salimos del boliche a las 2:00 y a más tardar una hora después estamos de regreso en nuestras casas”, destacó. “Hace­mos ‘la previa’ a las 21:00”. Desde allá sus amistades les comentan en su blog: “nosotros acá tenemos muchas pruebas (están en pleno ciclo escolar en Alemania) y vos estás de vacaciones tres meses”.

Al pie de los Alpes 
Oliver tiene su familia y amigos alemanes en Kressbronn, una ciu­dad de 8 mil habitantes ubicada al pie de los Alpes y a orillas del lago de Constanza.Es un lugar soñado y la foto del pueblo con las casas rodeadas de montañas nevadas todo el año y un espejo de agua que lo baña es similar a cualquier postal de lugares turísticos.
Desde ese pueblo del sur de Alemania, ubicado cerca de la frontera alemana con Austria y Suiza, viene el adolescente germano.Está ubicada a dos horas de un centro de esquí muy importante y en pocos minutos están en Austria.

La familia argentina 
Mario Conti, su esposa y sus cuatro hijos hospedan hasta el martes a Oliver y desde princi­pios de febrero se alojará con la familia Franchioni. El trato con los integrantes del grupo familiar es como si fuera uno más. Para el matrimonio lo denominan hijos y se integra como un hermano más a las actividades diarias.
El joven va a la escuela a la par de sus hermanos, cumple con los rituales habituales de la familia, como almorzar y cenar; visitar familiares; viajar, entre otros quehaceres que cumple al igual que los demás niños. De esas reuniones y salidas en familia fue donde disfrutó el gusto por nuestras costumbres por comer asado, empanadas y el dulce de leche.En estos días de verano estuvo yendo con su familia al club Comunicaciones y participa de todas las actividades que le proponen los padres.


Su familia alemana 
El joven alemán reconoce que su espíritu viajero es una cuestión familiar ya que todos tienen ese gusto por conocer culturas y formas de vida de otros países. Su mamá es de nacionalidad filipina y su padre es origina­rio del pueblo alemán, Kressbronn, donde reside el grupo familiar que se complementa con Oliver y dos hermanos mayores. Sus hermanos (un varón y una mujer mayores que él) han transitado anteriormente la experiencia del intercambio. El mayor estuvo en Japón, hace dos años, su hermana vivió en Goya, Corrientes el año pasado. Ambos tuvieron experiencias positivas y eso lo animó a participar de las acciones que desarrolla el Rotary. La familia, igualmente, viaja cada dos años a Filipina a visitar a la familia de su madre y pasan las vacaciones anuales en ese país asiático. El padre, por su trabajo como acopiador agrícola viaja permanentemente a distintas partes del mundo a comercializar el producto que cultivan los agricultores de la zona: el lúpulo. Es un fruto que se utiliza principalmente para la fabricación de cervezas y es muy buscado en todo el mundo por las principales fábricas de esa bebida.